El plan se inició en marzo de 2015 y las adquisiciones se ha mantenido en activo hasta diciembre de 2018, cuando el Banco Central Europeo ha dejado de adquirir nuevos títulos, aunque retiene la cartera ya adquirida en su balance, comprometiéndose a mantenerla durante un "periodo prolongado".
[1][3] El objetivo del programa ha sido devolver la inflación a sus niveles objetivo, fijado por el Banco Central Europeo en el 2% y ahuyentar el fantasma de la deflación e igualmente apuntalar el crecimiento económico de los países de la Unión.
Esto se ha considerado una concesión a las reticencias alemanas al plan.
Ese tope ha motivado que el Banco Central Europeo no adquiriera títulos griegos, ya que la cartera de bonos adquiridos por intervenciones anteriores, supera ese tope.
La estrategia para abandonar la expansión cuantitativa que supuso el plan Draghi se abordaría, en dos fases.