Pilar de Vicente-Gella

Asimismo, vivió siempre rodeada de cuadros, por lo que también le apasionó la pintura.Dejó temporalmente el bachillerato durante cinco años para dedicarse en mayor profundidad en el estudio del ballet.En 1974, destinan a Fausto como cónsul general de España en Liverpool, donde nace el hijo menor.En 1984 falleció su padre, lo que supuso un duro golpe para ella, y en 1993, su madre.La vocación artística primera de Pilar se expresó fundamentalmente a través del ballet clásico.Sin embargo, cuando la Compañía de Ballet Clásico de la Fundaçao Calouste Gubelkian le ofreció un contrato que habría sido un gran paso en una carrera profesional en el ballet, lo dejó y se casó.[8]​ Aseguraba haber sido finalista en un concurso literario a los catorce años de edad.Su siguiente libro, The Man with White Slacks, lo escribió en inglés y lo publicó en Estados Unidos en 1985.El carácter poético de su prosa podría considerarse como una transición hacia su periodo más fecundo, centrado en la poesía.El libro trató de presentar la muerte como algo anhelado sin temor, como una novia, hermana, madre o amante, que a todos iguala y que permite alcanzar la paz.[13]​ Más tarde, se incluiría un fragmento del poema III de La eterna prometida en la revista Norte;[14]​ y el poema XXII en la revista chilena Correo de la poesía.Lo dedicó a la memoria de su tío Fausto Vicente Gella, «poeta del foro».Asimismo, recibió el premio Vino Nuevo en la XXII Cata del vino nuevo y anochecer poético del grupo artístico-literario El trascacho de Valdepeñas, con el poema «No me llegues furtivo», leyéndolo, junto a los demás premiados, el 29 de noviembre de 1990 en el municipio manchego.[26]​ En 1993, publicó en Nueva Delhi A orillas del Yamuna (On the Banks of the Yamuna), aunque lo escribió incluso antes de la publicación de La eterna prometida,[27]​ un poemario en el que trata de expresar la fascinación que siempre le provocó la India y su capital en particular.[28]​ El mismo año publicó el poema «Artesa del verbo», dedicado a María Jesús Parra de la Rosa en la revista poética mallorquina Arboleda.El jurado estuvo formado por Joaquín Benito de Lucas, Pedro Antonio González Moreno, Francisco Caro Sierra y Nicolás del Hierro.Se lo dedicó a su amigo el catedrático de historia del arte Juan José Junquera.[41]​ Aparte de las obras publicadas, durante esta etapa escribió muchas obras adicionales inéditas como, en poesía, Volver al Yamuna, y, en prosa, La niña azul, sobre sus recuerdos de infancia, o El rapto, novela sobre la adolescencia.[42]​ Hasta seis años después no publicó su siguiente poemario, Réquiem de julio, en la colección Torremozas en 2006.[43]​ Dedicado al poeta zamorano y a su viuda, el libro le ocasionó disgustos y malentendidos, a través de los ecos que le llegaron de varios lectores, incluida la propia viuda del poeta.Tardaría ocho años en encontrar ánimos para volver a escribir.El título del libro procede del explorador agustino Andrés de Urdaneta, conocido por descubrir y documentar la ruta por el Pacífico entre Filipinas y Acapulco, conocida como Ruta de Urdaneta o Tornaviaje.