En arquitectura e ingeniería un pilar, palabra proveniente del latín pila,[1] es un elemento alargado, normalmente vertical, destinado a recibir cargas (de compresión principalmente) para transmitirlas al terreno mediante la cimentación.En la arquitectura gótica se utilizaba el pilar fasciculado que estaba formado por un haz de baquetones, generalmente adosados a un núcleo central.Actualmente los pilares llevan un desarrollo vertical y sin alardes estéticos en la mayoría de los casos.Esta evolución en la que los nervios y arcos de cubierta tienen continuidad hasta el firme, explota una corriente de alardes escultóricos en la que la sección del soporte se complica hasta límites difícilmente alcanzables.Más tarde proliferaron las columnillas delgadas o baquetones en los soportes y los acanalados con forma de estrella.Esta evolución lleva a un pilar más complejo (fasciculado), que tiene el fuste formado por varias columnillas delgadas (baquetones), lo que permite multiplicar las posibilidades de soporte y su continuidad con los nervios de la cúpulas.