Escribió el Discurso sobre la abnegación interior.
En 1599 publicó su Tratado de los energúmenos, acerca de las posesiones diabólicas, que Bérulle interpreta como advertencias del poder del diablo y de las penas del infierno, y cuya cura residiría en el exorcismo.
[1] Introdujo el Carmelo en Francia aunque intentó introducir un nuevo voto de servicio para las religiosas que no fue aceptado por estas.
[2] En 1611, estimulado por san Francisco de Sales, fundó la Sociedad del Oratorio, destinada a la educación del clero.
Fue cardenal (30 de agosto de 1627) sólo los dos últimos años de su vida, aunque no llegó a recibir el capelo ni el título.