En esta época ya Miguel Ángel estaba muy influido por su profundo pensamiento religioso, y este grupo escultórico lo realizó con el deseo que fuera colocado en su sepultura en la basílica de Santa María la Mayor en Roma.
La escultura la vendió Miguel Ángel a Francesco Bandini por doscientos escudos, ya que cambió de opinión y decidió ser enterrado en Florencia.
Allí estuvo hasta que en el año 1722 fue transferida a Santa María del Fiore y finalmente desde 1960 se expone en el museo de la catedral.
Los representan dentro de una composición piramidal, el Cristo se muestra como una figura "serpentinata" propia del manierismo.
Tolnay lo ha interpretado alegóricamente: Miguel Ángel insatisfecho por su obra, empezó a destruirla siendo detenido por su criado, aún actualmente es posible ver algunas roturas en el cuerpo de Cristo en el brazo y en la pierna izquierda y en los dedos de la mano de la Virgen.