Piazza del Popolo

Fue construida en el siglo xi por el papa Pascual II sobre el sepulcro de los Domizi, donde fue enterrado Nerón, pero posteriormente fue reconstruida entre 1472 y 1477, durante el pontificado de Sixto IV, por Baccio Pontelli y Andrea Bregno, que le dieron un aspecto esencialmente renacentista.

Entre 1655 y 1660 el papa Alejandro VII decidió restaurar la iglesia con un aspecto más enérgico, y encargó las obras a Gian Lorenzo Bernini, que la confirió un claro estilo barroco que se puede apreciar todavía en la actualidad.

Posteriormente, en 1655, el papa Alejandro VII (Chigi) encargó a Gian Lorenzo Bernini las obras para remodelar la fachada interior y la cornisa superior de la puerta.

La forma de la plaza no asumió su conformación actual hasta finales del siglo xix.

Previamente era una modesta plaza de forma trapezoidal, que se ensanchaba hacia el Tridente.

Gracias a su intervención, la plaza asumió su actual forma elíptica en la parte central, completada con una doble exedra, decorada con numerosas fuentes y estatuas, que se extienden hasta la terraza del Pincio y hacia el río Tíber.

En 1823 Valadier sustituyó la antigua fuente de Giacomo Della Porta con una estructura completamente nueva.

También la rampa de conexión entre la plaza y el Pincio estaba decorada por una fuente majestuosa más por sus dimensiones que por su valor artístico.

El «tridente» de la Piazza del Popolo en un grabado de Gianbattista Piranesi .
La Piazza del Popolo en 1750, antes de la intervención de Valadier.
La plaza vista desde el Pincio entre 1890 y 1900.
Las «iglesias gemelas»: a la izquierda, Santa Maria in Montesanto ; a la derecha, Santa Maria dei Miracoli .
La fuente de Neptuno.
La fuente de la diosa Roma y la terraza del Pincio.