En 1820 John Lindley acuñó el nombre genérico de las Pholidota del griego = escamoso, en referencia a las brácteas traslapadas que cubrían las flores en la inflorescencia.
La especie Pholidota imbricata desarrolla nuevos brotes desde la parte superior del bulbo antiguo formando una planta parecida a una cadena con eslabones.
Así como las numerosas y diminutas flores dispuestas simétricamente colgando en un gran despliegue.
Por dentro está la auténtica raíz, que contiene clorofila y presenta color verde.
Normalmente al final del invierno o en la primavera, después de la floración.
Venden abonos especiales para ellas, pero basta con usar un abono para plantas de interior reduciendo su dosis a la cuarta parte, que aplicaremos cada 10-15 días en la floración y el resto del tiempo esporádicamente.
Producen innumerables semillas, pero difíciles de germinar como no estén en simbiosis con un hongo.
Por lo cual, el método más fácil es mediante Keikis (hijuelo que la planta madre emite en la vara floral, tras la floración).
Una vez el keikis ha emitido unas raíces pequeñas se puede separar de la planta madre.