Tras la partida del comodoro británico John Brett Purvis, el cuerpo diplomático extranjero reconoció el bloqueo.Tras una reunión con Fitton, Voorhees, dándose cuenta de la posición en que estaba, manifestó al comandante argentino que sus buques quedaban en libertad, pero Fitton respondió que ante el ultraje gratuito a su pabellón y a menos que se ofrecieran las debidas reparaciones no podía volver a hacerse cargo del mando y ordenó a sus "comandantes de buques que se abstengan de dar orden ninguna y en desentenderse absolutamente de toda obligación" haciendo responsable al comandante estadounidense del destino de la escuadra.Voorhees mantuvo una actitud soberbia sin atender a la cuestión de fondo y finalmente suspendió todo contacto con los mandos argentinos.Regresando a su país con la USS Congress una desobediencia formal agravó su situación.Mientras se encontraba navegando cerca del Ecuador, se jactó ante su lugarteniente David Dixon Porter que desobedecería sus órdenes y en lugar de dirigirse a Norfolk iba a navegar en línea recta a Annapolis, donde su esposa y su influyente familia política le esperaba: Voorhees estaba vinculado por medio de su esposa con el futuro presidente Zachary Taylor.Sin embargo mintió luego al almirante William Branford Shubrick, afirmando que no había decidido a navegar a Annapolis hasta el último minuto, cuando el viento y el clima le impidió entrar en Norfolk.Sin embargo, las influencias pudieron más y se dejó de lado la sanción reincorporándoselo al servicio activo con su rango en 1847, y recibiendo el mando del East India Squadron, puesto equivalente al de contralmirante, enarbolando su insignia en el USS Plymouth.Cooper más tarde revisaría su posición y en un breve e inexacto relato de los hechos señalaría que "En 1844 el capitán Voorhees capturó un escuadrón argentino y un crucero aliado que había disparado contra su convoy (...) Voorhees liberó esta escuadra después de una disculpa, pero detuvo al crucero que había agravado el asalto al disparar utilizando una bandera falsa.Sin embargo, esta captura motivó una serie de cargos por los que fue juzgado por tribunales militares en 1845.[6] En igual sentido y reescribiendo la historia su sucesor el fiscal general Jeremiah Sullivan Black diría que Voorhees "fue víctima de más errores gubernamentales que ningún otro hombre en la Historia de la Marina estadounidense".