Desde 1951 hasta su muerte se presentó como pretendiente al trono del ficticio Reino de la Araucanía y la Patagonia.
[2] El ficticio Reino de la Araucanía y la Patagonia, creado en territorio argentino y chileno por el aventurero francés Orélie Antoine de Tounens, nunca llegó a existir.
El autoproclamado falso monarca fue capturado por el ejército chileno y expulsado del país.
Un segundo intento, desde Argentina, no tuvo mejor suerte y el anciano debió regresar a Europa donde se presentó como monarca en el exilio: allí se intentó ingresarlo en una institución mental debido a su frágil salud psicológica.
Desde entonces, sus sucesores (sin parentesco) continuaron pretendiendo la corona de dicha monarquía ficticia.