El racimo aparece del tallo que surge entre las hojas y florece en todo su esplendor durante varias semanas.
Todas las partes florales son blancas con subfusiones en rosa claro más o menos con bandas púrpuras.
Lóbulos laterales blancos con puntos pequeños naranjas en la base y tres líneas malvas en el extremo.
Lóbulo intermedio con 5 a 7 rayas radiantes rosa oscuro y marrón en la base.
Pétalos estrechos romboideos, puntiagudos u obtusos, márgenes recurvados, constreñidos hacia la base.
Lóbulos oblongo-linear lateral con apéndice truncado, provisto de un callo semi-globoso en el medio.
El disco entre los lóbulos laterales tiene un callo semicilíndrico, carnoso glabro terminando en unos dedos redondeados vueltos hacia adelante.
En la unión de los lóbulos laterales y el intermedio orbicular ligeramente cóncavo en el centro apiculado en el apéndice.
Es conveniente, no sólo en Phalaenopsis sino en orquídeas en general, desinfectar el medio de cultivo previo a su utilización.
Un método eficaz e inocuo tanto para las plantas como para el ambiente es lograr la desinfección por acción del calor.
El proceso consiste en colocar en una asadera la mezcla preparada bien humedecida y llevarla a horno convencional durante 20 minutos a temperatura de 180 °C cuidando de que no se seque en exceso para evitar que se queme.
Una vez frío volver a humedecer (al plantar el sustrato siempre debe estar mojado).
Producen innumerables semillas, pero difíciles de germinar como no estén en simbiosis con un hongo.
Por lo cual, el método más fácil es mediante Keikis (hijuelo que la planta madre emite en la vara floral, tras la floración).
Una vez el keikis ha emitido unas raíces pequeñas se puede separar de la planta madre.