Para llevar a cabo sus ambiciones, Kingsley establece contactos con la NSA, en particular con su director Roger Stanton, y con Sherry Palmer, para engañarlos convenciéndoles de permitir al grupo terrorista Segunda Ola que permitan ingresar una bomba nuclear a Estados Unidos.
Así que Kingsley pone su plan en acción ordenando la eliminación de Wallace, quien tiene una copia del audio auténtico.
Jack finalmente debe requerir la ayuda de Sherry, quien accede a un intercambio con Kingsley: los audios originales, por Hewitt.
La treta funciona, y Kingsley reconoce que el audio de Chipre fue creado para la ocasión.
De acuerdo a Trepkos, Kingsley se caracteriza por ser muy filosófico o metafísico.