Desde muy pequeño comenzó a dar muestras de sus habilidades innatas como poeta y humorista, pero no fue sino hasta después de cumplir 30 años que se inició formalmente como humorista, compositor y declamador frente a la audiencia venezolana.
Al novel género musical se le llamó de inmediato en el país, “Cotorra” y el entonces presidente y productor del sello discográfico Promociones Musicales PROMUS, Chuto Navarro, le pidió a Perucho que escribiera “una cotorra criolla” para ofrecerle al público una versión vernácula de la música del momento.
En Venezuela, donde el tema llegó en 1980, fue rebautizado como La Cotorra, apelando a un localismo venezolano para las conversaciones largas.
Se sabe que a la empresa productora del trabajo discográfico, PROMUS, le llegaron peticiones de otras empresas discográficas extranjeras como la filial chilena del sello transnacional POLYGRAM que se dispuso a presentarlo en Chile bajo el sello PHILIPS.
Nuevamente la atención del público se centró en su persona y demostró que tenía respaldo para destacarse en esa faceta actoral.
Por aquellos años sus seguidores desempolvaron “La Cotorra Criolla” y el grupo “Los Amigos Invisibles” lo invitaron a cantar con ellos en vivo esa canción durante la competencia final del Festival Nuevas Bandas de 1996 en la "Casa Rómulo Gallegos" de Caracas.
Los aplausos del público le hicieron sentir como uno más de los jóvenes que colmaron el lugar.
Actualmente ha dejado el humor en un segundo plano y se ha ocupado más de predicar la palabra del Evangelio.
A principios del nuevo milenio, Perucho abandona Venevisión y fija su residencia en la ciudad venezolana de Cagua.
En sus últimos años, ya retirado del medio televisivo, Conde se dedicó a la animación de algunos espectáculos públicos.
Y que te quede bien claro, no te tengo miedo.”Al momento de morir Conde, no se habían formalizado acciones legales del Estado en su contra, por lo que el desenlace del caso terminaría por ser póstuma, sin un criminal a quién absolver o condenar.