Doctor en teología, había sido procurador del obispo Pere Planella en Elna y lo representó en el obispado de Barcelona, del que él personalmente llegó a ser vicario general.
Se mantuvieron las tensiones entre el rey Pedro el Ceremonioso y los diputados que ya habían comenzado con su antecesor.
La Generalidad, no conforme con el préstamo, puso todo tipo de obstáculos: la necesidad de vigilar las costas catalanas para proteger el comercio ante los piratas, la no obligación de prepararlas y armarlas; exigencias sobre quién debía capitanear las naves, etc.
Los diputados lograron agotar su mandato y en junio de 1383 se empezaron a celebrar las Cortes de Monzón.
Hasta julio de 1384, no se nombraron los nuevos diputados y a la muerte de Pere de Santamans, se encargó al notario Jaume Nicolau que administrara la Generalidad de Cataluña.