El pentecostalismo clásico cree, a diferencia de algunos otros movimientos pentecostales, en la Santísima Trinidad, y se considera un movimiento más fundamentalista, dados al literalismo bíblico, creen en la existencia del infierno, en la vida eterna en el cielo y la muerte eterna en el lago de fuego.
Consecuentemente, Parham y sus estudiantes comenzaron a proclamar esta nueva experiencia pentecostal, así como a practicar predicaciones masivas y la doctrina del bautismo en el Espíritu Santo para la cristianización del creciente número de devotos.
Como resultado de lo anterior, unas cien personas se habrían bautizado en el río Spring.
[2] De este modo Parham comenzó a predicar diversas doctrinas, algunas ya presentes en el pentecostalismo histórico.
Esta vez admitió hombres negros, y uno de sus alumnos fue William J. Seymour, un afroamericano tuerto cuyos padres habían nacido en la esclavitud; debido al fuerte racismo estadounidense en aquella época, la opinión de Seymour difícilmente podría ser tomado en cuenta.
[2] Seymour entonces continuó en Los Ángeles, instalándose en una casa ubicada en la calle Bonnie Brae, prestada por una familia bautista.
Pese a estas divisiones, Seymour continuó ejerciendo como pastor hasta su muerte, en 1929.