Peloides termales

El término peloide procede de la palabra griega “Pelós” (πηλός), es decir, fango.

Otras denominaciones de los peloides (en inglés, peloid) son: Boue, Fango, Gyttya, Limon, Lutum, Moor, Peat, Sapropel, Schlick, Seaweed, Torf, Termal Mud.

El peloide termal es una mezcla heterogénea de al menos dos componentes, uno sólido y otro líquido.

El material que se obtiene es muy fino y regular desde el punto de vista granulométrico y en él se encuentran silicatos (micas, arcillas, feldespatos), carbonatos (calcita, magnesita, siderita), sulfatos (yeso, barita), halogenuros (sal gema, fluorita,...), sulfuros y sulfosales, etc. A estos compuestos se suman frecuentemente óxidos-hidróxidos de hierro, junto con otros elementos como cobre, manganeso, etc.

Las arcillas constituyen muy frecuentemente el componente sólido de los peloides ya que permiten obtener una buena calidad del producto en cuanto a plasticidad y propiedades térmicas.

La fracción orgánica, compuesta por residuos vegetales (aminoácidos, ácidos orgánicos, hidratos de carbono, etc.) y la fracción húmica, denominada genéricamente humus (compuesta por celulosa, glúcidos, pectinas, proteínas, pigmentos, etc.), varía según las condiciones ambientales del origen.

Otras denominaciones derivadas de su contenido en humus son mor, mul, y el moder, en los que varía la proporción del componente orgánico.

[1]​ Algunos ejemplos de fangos termales son: Abano-Montegrotto en Italia, Dax en Francia y Archena en España.

Son muy famosas las turbas de Neydharting (Austria) que se exportan a numerosos países para su uso en reumatología y traumatismos del deporte.

Actualmente se están realizando el aprovechamiento de las turbas en Finlandia tanto para uso termales como cosméticos.

En algunos peloides orgánicos del mismo tipo, el componente líquido puede no ser agua sulfurada; son las denominadas “otras biogleas” se caracterizan por no poseer componente azufrado, con ausencia por tanto de bacterias como de algas cuyo metabolismo se asocia al azufre.

[1]​ Los fangos termales o peloides más usados se preparan con las arcillas y sedimentos.

En los últimos años se han desarrollado numerosas investigaciones científicas que muestran sus acciones y estudian su composición química, especialmente en Italia, Francia e Israel.

Un tipo especial de bañera es la que se emplea en balnearios alemanes, donde una lona permite llenar el baño únicamente en un cuarto de su capacidad, envolviendo con la misma al paciente para mantener la temperatura y que el peloide alcance toda la superficie corporal.

Aplicaciones que se circunscriben a una parte del cuerpo: abdomen y zona pelviana, hombro, codos, muñecas, rodillas, columna vertebral, en forma de emplastos.

Si se trata el cuerpo completo, la capa suele ser fina, con la consistencia de un ungüento.

Cuadro 1
Investigaciones con peloides y arcillas
Tabla 1
Bioglea y microalgas en el Balneario de Lobios
Aplicación de peloide