Pedro Recuenco

Políglota, dominaba el español, el inglés, el francés, el alemán, el japonés, el italiano, el ruso, el aragonés y el catalán.

Y en 1975 la diplomatura en Hebreo Bíblico, por el Instituto Internacional de Lingüística, con residencia en Aranjuez.

Entre otras muchas anécdotas, contaba a sus alumnos que había aprendido el polaco en siete días hasta el punto que le permitiese celebrar la misa y pronunciar la homilía de una parroquia polaca en New York.

Como gran humanista que era, otra de sus facetas como investigador fueron sus magníficos estudios sobre la lengua aragonesa.

Otra de sus grandes iniciativas, fue la traducción del Nuevo Testamento al aragonés que fue publicada a título póstumo en el año 2008.