En 2003 llegó a Paysandú Sport Club que le permitió participar por primera vez de la Copa Libertadores por la cual jugó ocho partidos y convirtió 3 goles.
Finalmente ganó este torneo y viajó a Japón para jugar la Copa Intercontinental frente al AC Milán en diciembre de ese año, que terminó también adjudicándose tras la victoria el conjunto argentino, por penales (3-1).
En aquel partido Iarley fue determinante, ya que propició una asistencia clave para el gol del empate de su compañero Matías Donnet.
Iarley también tuvo su reconocimiento personal: le otorgaron el balón de Plata, al segundo mejor jugador del torneo.
Un año más tarde disputó la Recopa Sudamericana frente a Pachuca de México, siendo titular en ambos partidos.