Pedro Cano

Comenzó a pintar al óleo de forma autodidacta cuando tan solo tenía once años.

[2]​ Un encuentro casual con la pintora valenciana Amparo Benaches, en 1959, determinó su orientación artística y le inició en la observación directa de la naturaleza.

Cuatro años más tarde realizaría su primer viaje a América Latina, en un recorrido que va desde México hasta Brasil.

Fruto de este viaje fue un ciclo pictórico que se expone en Milán, Bolzano y Salzburgo.

El pintor ha ido intercalando entre sus estancias en Roma, Anguillara y su pueblo natal con numerosos viajes por países como Siria, Jordania, Turquía, Egipto o Libia.