Los daños fueron de tal consideración que se hizo necesaria la construcción de un nuevo edificio para el que se utilizó el mismo solar aunque un tanto ampliado.
El magnífico inmueble que hoy podemos contemplar fue terminado en 1628, interviniendo los maestros de obras y escultores que trabajaron en el Contraste, como Cristóbal de Salazar, quien posiblemente labró los escudos.
[1] El Almudí muestra la pujanza económica que todavía poseía Murcia en aquellos años gracias al comercio de la seda, a pesar de la crisis que entonces sufría casi toda España y que llegaría a la ciudad de Murcia y su reino un tiempo después.
Durante el siglo XVIII se proyectaron dos porches a ambos lados de la puerta principal, debidos a Jaime Bort, completados en 1744 y que servirían para alojar en ellos la intensa actividad comercial del Plano de San Francisco.
El relieve se remata con un pelícano, que simboliza la abundancia, sostenido por dos ángeles.