Pedro Antonio Añibarro

Como misionero tuvo la oportunidad de conocer los distintos dialectos del País Vasco continental o Hegoalde, oportunidad que aprovechó para escribir especialmente en vizcaíno pero también en guipuzcoano y navarro.La crítica considera su prosa como clara y fácil de seguir.Añibarro, como Mogel y Fray Bartolomé, utilizó en sus obras un vizcaíno hasta cierto punto estándar, contribuyendo a la creación de un lenguaje literario en dicho dialecto, hasta entonces poco utilizado por escrito.Por el contrario, Mogel escribía tal y como se hablaba en su pueblo –Marquina-, conservando todas las peculiaridades fonéticas del vizcaíno de dicha localidad.Por otro lado, Añibarro admiraba a Manuel Larramendi, cuyo influjo puede apreciarse a nivel teórico, pero no tanto en las obras del primero, que apenas utilizó los neologismos inventados por Larramendi.