Puede afectar a su desarrollo psicoemocional, así como su respuesta sexual en la vida adulta, por lo que se considera un tipo de maltrato infantil.
Las respuestas psicoemocionales y secuelas en niños pueden ser similares a las que se observan en casos de maltrato físico, abandono emocional, etc.[4] La mayoría de las víctimas requieren apoyo psicológico para evitar sufrir secuelas del abuso en su vida adulta.
La APA (American Psychological Association ‘Asociación Psicológica Americana’) cuestiona la existencia del síndrome de memoria implantada (no reconocido por el DSM-IV).
[8] El abuso sexual a menores se define desde dos ópticas que no siempre coinciden: la jurídica y la psicológica.
Por ejemplo, en México la legislación está determinada por cada entidad y no existe un consenso jurídico sobre la tipificación de estos delitos.
[15] Etimológicamente, tanto pedofilia como pederastia son palabras procedentes del griego y se basan en el término paidós: ‘muchacho o niño’.
Pederastia (παιδεραστία o paiderastía en griego) proviene de paidós y erastês: ‘amante’.
En la Antigua Grecia, por ejemplo, se consideraba que era una relación aceptable entre un adolescente y un adulto.
Con todo, no es frecuente que en los estudios sobre el tema se utilice ese término como sinónimo estricto de «abusador sexual».
[18] Las tradiciones culturales e históricas repercuten en la forma con que cada sociedad afronta el problema.
El polémico Informe Kinsey, creado en los años cincuenta, muestra los resultados de encuestas realizadas por hombres y mujeres adultos en algunos casos se reconocían como heterosexuales, en las cuales Alfred Kinsey observó, entre otros muchos indicadores, que «se registraron los contactos sexuales entre niñas y adultos como una fuente de placer para estas jovencitas, que podrían conducir a un mejor desarrollo social y sexual en su vida posterior».
[cita requerida] Esto sugiere la existencia de un fenómeno adicional en el abuso sexual infantil incestuoso: la seducción.
Lo que significaría que el padre utiliza una estrategia basada en un trato especial hacia la hija víctima del incesto, como caricias y regalos, dando lugar a una erotización temprana y provocando sentimientos ambivalentes en ella.
[23] Se pueden distinguir dos grandes tipos de agresores: los primarios y los secundarios o situacionales.
[31] Contrario a la creencia popular, un agresor sexual que abusa de niños y es menor de edad también puede ser considerado formalmente pedófilo si se cumplen los requisitos para ser diagnosticado con tal trastorno.
[32] La violencia en los abusos sexuales se da en los casos en que el trastorno narcisista de la personalidad está asociado a graves rasgos asociales, [con lo que] las determinantes inconscientes del comportamiento sexual se conectarían con las dinámicas del sadismo convirtiéndose en peligrosas, porque la conquista sexual del niño, en este caso, representaría un instrumento de venganza por los abusos sufridos en la infancia y el modo de ejercer el propio e incontrovertible dominio -bajo la forma de deshumanización y humillación- sobre otro ser humano.
Los tipos específicos de abusos sexuales más frecuentes son los siguientes: El tipo de conductas que se llevan más a cabo (normalmente, repetidas) son los tocamientos y la masturbación mutua; en cuanto a la penetración -oral, vaginal o anal- es menos frecuente.
R. C. Summit definió, en este sentido, el CSAAS (Child Sexual Abuse Accomodation Syndrome ‘Síndrome de acomodación del niño al abuso sexual’) de acuerdo con cinco etapas:[46] Por lo demás, algunos agresores fomentan el silencio de la víctima sugiriéndole a esta que lo que ha ocurrido es un secreto compartido, o amenazándola directamente.
Entre las consecuencias más evidentes están el rechazo a la escuela y la idealización de la familia.
El principal problema que hay para probar los abusos sexuales a menores es que, tanto si se trata de un simple acoso como si hay penetración, no suele dejar pruebas física duraderas en los niños.
La consecuencia inmediata que se extrae de los primeros contactos con la víctima es si la intervención terapéutica es necesaria o conveniente, pues no todos los menores víctimas de abusos presentan síntomas psicopatológicos que obligan a un tratamiento.
La fase educativa pretende que el menor comprenda tanto su propia sexualidad como la del agresor de una forma objetiva y adaptada a su nivel.
Por lo demás, no todos los pederastas son pedófilos, pues en muchos casos solo están usando a los niños como sustitutos de adultos a los que no pueden acceder para mantener relaciones sexuales con ellos.
Estas retracciones se originan en motivos como el temor a las amenazas, la relación afectiva con el agresor, los sentimientos de culpa cuando es un caso de incesto, el sentimiento de vergüenza, etc. Cuando la actitud del menor es el silencio, esto se puede deber a su percepción de que lo que le ha ocurrido es algo normal, a que no es capaz de identificar conceptualmente lo que ha sufrido, al recelo que siente por todos los adultos, al miedo a destruir los vínculos familiares en el caso del incesto, etc.
Lo más usual es que el pedófilo ingrese en un chat, se registre con un apodo y abra una sala de usuario en la que, en apenas media hora, puede intercambiar decenas de fotos y vídeos.
Por su parte, Microsoft desarrolló un sofisticado programa para rastrear pederastas en la Red, que fue puesto en práctica por la policía de Toronto (Canadá).
[65] Hoy día, las relaciones sexuales consentidas entre un adulto y un menor pueden ser legales penalmente en cualquier país donde la edad legal para mantener relaciones sexuales consentidas sea más baja que la mayoría de edad.
Sin embargo, en algunas conductas determinadas, incluso los códigos penales occidentales contemplan delitos que castigan la mera tendencia.
[66] De tener dicha edad, únicamente sería penado si la práctica no fuera consentida o el consentimiento fuera nulo (generalmente por vicio o engaño doloso suficiente e idóneo).
Cada tres segundos, una niña es obligada a casarse con un varón de muchísima mayor edad que ella (eso significa unas diez millones por año) condenándolas a la ignorancia (pues abandonan sus estudios) y poniendo en riesgo su salud por una maternidad temprana.