Pecho (tributo)
El pecho, la pecha o los pechos, según se recoge en el Diccionario de Andrés Cornejo, son aquellas pagas o contribuciones que daban al Rey en la España de Antiguo régimen los hombres buenos, llamados comúnmente pecheros o del estado general, por razón de su vasallaje, defensa en la guerra y conservación en la paz.Y aunque antiguamente estaban obligados a contribuir al Príncipe tanto los plebeyos como los nobles, se diferenciaban estos de aquellos solo en el pago de quinientos sueldos en que estaba declarada la estimación de sus injurias y con cuya pena eran multados y castigados los delincuentes sobre sus bienes, si bien posteriormente y en tiempo del conde Don Sancho quedaron libres de semejantes tributos.Se comprenden en la apelación general de pechos muchos y diferentes tipos de pagas y contribuciones, cuya enumeración difícilmente puede asignarse por la diversidad con que se han denominado en tiempos anteriores y el diferente significado que han tenido según el uso y distinta inteligencia de los pueblos.Así pues, propiamente venían bajo esta apelación el servicio ordinario y extraordinario porque inmediatamente y según su naturaleza, pertenecía su paga al Rey a diferencia de otras prestaciones que, a pesar de comprenderse bajo la denominación general de pechos, no se pagaban en todas partes al Rey, sino a algunos Señores como es el buey de marzo, o marzadga, yantar y otras de diferentes nombres, las cuales más propiamente se entienden con el significado de concejales por repartirse entre los vecinos del Concejo.Dio inicio a este tributo Octaviano Augusto, quien después de ejecutada la división del Imperio Romano y constituido por ella Señor de España, formó un censo o padrón general de todos los súbditos de su Imperio, a quienes impuso cierta contribución personal para la manutención de su augusta persona y demás urgencias del Estado.