Este mirador natural constituye un hito geográfico emblemático de la costa occidental granadina.
Estos dos últimos peñones están rodeados completamente de agua.
[5] En dicho peñón existían un aljibe o estanque y una ermita dedicada a San Cristóbal.
[6] Fernández-Guerra (1873) sostenía que la ermita había sido en época romana un templo dedicado a la Luna.
[6] Los peñones están compuesto de materiales alpujárrides, muy afectados por la erosión que genera la acción del mar.