Dentro de la localidad se encuentran varios manantiales, entre ellos uno muy abundante.
Se entiende el cultivo debido a la peculiaridad del clima de la zona, enclavado entre valles.
En esto apareció el Apóstol Santiago de peregrino que, desde un cerro llamado el Portillejo y usando una honda, lanzó una piedrecilla que se fue agrandando y aplastó a los moros.
En 1573, Peñazcurna levantó una iglesia dedicada a Santiago como testimonio de este contecimiento.
A mediados del siglo XIX[5] este municipio desaparece porque se integra en Vea.