Es una comarca muy bien definida por los accidentes geográficos, que sirven de límite con otras tierras.
En cuanto su vegetación también hay una gran variedad pudiendo contemplar zonas de bosque cerrado, pinos, cipreses, hayas, abedules, nogales, castaños, perales, manzanos y cantidad de hierbas medicinales como árnica, salvia, artemisa, manzanilla o titímalo.
Su fauna era de gran importancia con especies como el oso, el urogallo, o el venado que prácticamente se han extinguido, quedando otras como corzos, rebecos, jabalís y lobos en el mismo peligro.
Separada de su vecina la Baja en 1869, Peñamellera Alta compartió destino histórico con esta y con el concejo de Ribadedeva, siendo dichos territorios apartados del territorio asturiano en 1230, para ser devueltos a su jurisdicción en 1833.
Las primeras muestras humanas que aparecen en Peñamellera pertenecen al arte parietal del paleolítico superior, siendo encontradas en diversas cuevas como la cueva de Coímbre, Traúno, Subores y sobre todo la de Llonín, en la cual podemos admirar grabados y figuras de diferentes animales como caballos, ciervos, bisontes.
No se encuentran descubrimientos que nos muestren algo de la época prerromana y romana.
En 1340 el rey Alfonso XI otorga al pueblo de Peñamellera el fuero por el cual las gentes del concejo podían nombrar a sus representantes sin tener que acudir a los emplazamientos de Santillana.
Las actividades ganaderas y agricultoras estuvieron presentes en la vida del concejo históricamente, quedando eximidas sus gentes de los impuestos derivados de la venta del ganado gracias a un privilegio que les fue concedido por Carlos II.
A partir del siglo XVIII se celebra en Ruenes la feria ganadera de Jana.
Esta etapa fue una época de emigraciones de jóvenes a ultramar, lo que se tradujo después en inmensas riquezas traducidas en enormes casonas indianas, carreteras, caminos, etc.
Actualmente son esporádicas las salidas que se hacen, siendo el sitio elegido la vecina comarca de Llanes gracias a las oportunidades que allí ofrece el sector hostelero.
En cuanto a la contribución de los distintos sectores en el empleo local podemos afirmar que la ganadería sigue centrando la actividad económica de la comarca proporcionando un 55,5 % del empleo total.
Otros templos de interés lo constituyen las iglesias de Cáraves, Ocevo, Mier y Llonín, que cuenta con una portada del siglo XV y otra barroca.
Además de todas estas edificaciones señoriales, también podemos contemplar en todo el concejo, construcciones muy del estilo montañés, con torre, galerías de madera y un amplio voladizo.
Entre sus muchas fiestas destacaremos: Desde comienzos de verano hasta principios de otoño se suceden por todos los pueblos del valle sus fiestas patronales con sus tradicionales procesiones y subastas del ramu.
También cuenta con gran prestigio la miel de Peñamellera, utilizada en postres.