En la actualidad se encuentra en investigación pavimentos que ayudan al medio ambiente como el formado por noxer.
Esta gran obra de ingeniería logró que varios tramos hayan resistido durante siglos y se puedan encontrar inclusive hoy.
Su rigidez inherente les permite resistir deformaciones bajo cargas pesadas, lo que los hace adecuados para carreteras de alto tráfico y aeropuertos.
Son relativamente económicos de construir y permiten reparaciones superficiales más simples en comparación con los pavimentos rígidos.
Esta combinación proporciona una estructura robusta que puede soportar cargas pesadas mientras se adapta a cierta flexibilidad para resistir las deformaciones y asentamientos del suelo.