Su ultramontanismo lideró la romanización de la Iglesia Católica en Irlanda e inauguró la revolución devocional experimentada en Irlanda durante la segunda mitad del siglo XIX y gran parte del siglo XX.
Teólogo bíblico capacitado y erudito en lenguas antiguas, Cullen elaboró la fórmula para la infalibilidad papal en el Concilio Vaticano I.
El torneo teológico fue privilegiado en muchos aspectos, ya que el Papa León XII, asistido por su corte, presidió la ocasión, mientras no menos de diez cardenales asistieron, junto con toda la élite de la Roma eclesiástica.
[3] Durante sus estudios, Cullen adquirió conocimientos de lenguas clásicas y orientales.
[cita requerida] Cullen estaba particularmente interesado en promover la educación religiosa católica romana en Irlanda.
Desde los primeros días de su episcopado, Cullen había planeado y promovido una universidad católica romana para Irlanda.
[cita requerida] Asistió a todas las sesiones del Concilio Vaticano I, participando activamente en sus deliberaciones.
La venta del Colegio de la Santa Cruz requirió que su cuerpo fuera reenterrado.