En ella se exhibieron algunos paisajes de Landensio e incluso la propia Academia compró unos.
Dos años después el pintor fue contratado por la Academia para dar el taller de paisajismo en la institución.
Permaneció 22 años en México y, además de formar a sus alumnos, viajó a diferentes partes del país.
La obra era parte del conjunto de diez paisajes que pintó para Nicanor Béistigui, acaudalado comerciante y socio de la Compañía Real del Monte.
El pintor muestra el gran terreno del casco de la hacienda dividido en varios patios, uno para cada una de las etapas del proceso:[2] Landesio equilibra los contrastes entre los colores ocres de la tierra y los cerros con el azul del cielo y de los reflejos del agua en el suelo.