[1] El proceso involucra exponer los alimentos a cantidades controladas de esa radiación para lograr ciertos objetivos.
Suele emplearse el proceso para prevenir la reproducción de los microorganismos como las bacterias y los hongos que causan el deterioro de los alimentos, cambiando su estructura molecular y evitando su proliferación o algunas enfermedades producidas por bacterias patógenas.
Estos niveles de energías son demasiado bajos para inducir radioactividad en los materiales, incluidos los alimentos.
Para tratar los alimentos, se exponen a una fuente radiactiva durante un periodo de tiempo determinado para alcanzar la dosis deseada.
El término "pasteurización en frío" es controvertido porque puede utilizarse para ocultar el hecho de que el alimento ha sido irradiado.
Estas están frecuentemente contaminadas con microorganismos debido a las condiciones ambientales y de procesamiento en que se producen, por lo que requieren de la irradiación para reducir su cuenta bacteriana y hacerlas viables para consumo humano.
Además, el proceso de irradiación permite que estos productos conserven sus aromas y sus sabores originales.
Este efecto también ha tomado relevancia en productos con una vida corta o que deben ser transportados a grandes distancias.
Varios países, incluyendo a Bangladesh, Uruguay, China, Hungría, Japón, Corea y Tailandia, irradian uno o más alimentos a nivel comercial, como grano, papas, especias, pescado seco, cebollas, ajos, etc., para controlar sus pérdidas.
En varios países, incluyendo Estados Unidos, Argentina, Bélgica, Brasil, Canadá, China, Dinamarca, Finlandia, Francia, Holanda, Hungría, Indonesia, Israel, México, Noruega, Corea, Reino Unido y Sudáfrica se irradian algunas especias, en vez de ser fumigadas.
El volumen de especias y sazonadores vegetales secos que se tratan mediante radiaciones ha aumentado significativamente a nivel mundial alcanzando 60,000 toneladas en 1997.
A pesar de que algunas personas e instituciones creen que es una tecnología nueva, la investigación sobre este proceso se remonta a principios del siglo XX, donde las primeras patentes para el uso de la radiación ionizante para matar bacterias en alimentos en Estados Unidos y Gran Bretaña fueron otorgadas en 1905.
Por ello, la irradiación es una alternativa para proteger a los alimentos contra el daño provocado por los insectos y como un tratamiento de productos frescos.
En Estados Unidos, aunque el número de enfermedades causadas por alimentos contaminados no se conoce con precisión, se estimó en 1994 que los casos podrían haber sido de entre 6.5 y 33 millones y que las muertes causadas por este problema pueden llegar a 9,000 personas anualmente.
El intercambio de productos alimenticios es el factor principal en el comercio regional e internacional y continúa creciendo.
El problema es mayor para los países en desarrollo cuyas economías se basan en gran medida en la producción agrícola y en las ganancias producidas por su exportación.
Recientemente, esta autorización se hizo extensiva para productos frescos, como la lechuga Iceberg y las espinacas, que podrán ser tratadas con radiación para reducir su contenido de bacterias patógenas hasta con una dosis de 4 kGy.
La irradiación parece ser inocua para los alimentos, en el sentido de que no causa alteraciones tóxicas en sus compuestos.
Muy pocos de estos productos químicos se han estudiado adecuadamente para determinar su toxicidad.
Por lo tanto, existe el riesgo de que los consumidores no tomen las medidas necesarias para evitar la contaminación cruzada.
Por lo tanto, los alimentos irradiados deben manipularse con aún más cuidado en los hogares y restaurantes.
La irradiación puede causar mutaciones en bacterias y virus que conducen a cepas potencialmente resistentes.
ej., muesli), podría hacer que los consumidores los perciban erróneamente como tipos de alimentos inherentemente contaminados.
Recientemente, una encuesta de detección del gobierno del Reino Unido descubrió que esto estaba ocurriendo nuevamente y descubrió que casi la mitad de los complementos alimenticios muestreados estaban ilegalmente irradiados y sin etiquetar (ver prensa).
Los acontecimientos recientes han suscitado preocupación por la posibilidad de que los terroristas obtengan estos materiales para utilizarlos en "bombas sucias".
Aun así, tal ataque podría sembrar el pánico y tener impactos económicos significativos y requeriría largas operaciones de limpieza, a pesar de que estos materiales se detectan con bastante facilidad.