[2] El dios Pascual Abaj también es conocido con el nombre de Juiup Takaj (Huyup Tak’ah: ‘plano en la colina’),[3] y Turk’a, que podría significar ‘desatarse’, y por lo tanto la piedra es considerada una diosa de la fecundidad.
Los quichés consiguieron retirarlo del templo antes de que los conquistadores españoles lo hallaran y lo destruyeran.
[8] En la cima del cerro Turcaj ―que es más bien una colina― los chamanes (sacerdotes mayas) celebran ceremonias en honor al dios indígena Pascual Abaj.
[1] Los peticionantes (clientes) comisionan a un chamán para que interceda ante Abaj con el fin de recuperar la salud perdida, obtener alguna mejora en el trabajo o los favores de un amor esquivo.
[...] hace algún tiempo que existen enfrentamientos entre los tradicionalistas y un grupo de nuestros catequistas.
Como podrán imaginar, la raíz de todo eso habría que buscarla no en nuestro trabajo parroquial, sino más bien en viejos conflictos: la falta de tierras, luchas por el poder...
Pero, desgraciadamente, todo ese rencor acumulado ha ido tomando en los últimos años la forma de una guerra entre religiones; o entre distintas prácticas de una misma religión, si lo prefieren.
―Todavía me cuesta creerlo... Una noche varios de mis catequistas subieron hasta aquí y destruyeron el altar.
Pero personalmente yo no creo que destruyendo los santuarios paganos vayamos a conseguir conversiones en masa al cristianismo.