Más tarde se le unieron el periodista Karl Harrer y el también cerrajero ferroviario Michael Lotter.
El DAP se identificaba con la corriente nacionalista popular y racista conocida como völkisch.
Hitler no aceptó semejante idea y, con una breve pero tajante intervención en la que tuvo tiempo de mostrar sus dotes para la oratoria y la argumentación, acalló a su interlocutor, sorprendiendo por su forma de expresarse a los dirigentes del partido.
El día 5 de enero Karl Harrer había renunciado como presidente nacional del DAP, y le sucedió Anton Drexler.
Hitler introdujo en movimiento un grupo paramilitar uniformado, el llamado más tarde Sturmabteilung (SA), similar al de las Camisas negras de Mussolini, así como postulados altamente racistas y antisemitas.