[3] En esta época, intelectuales como Ramón Amaya Amador y Alfonso Guillén Zelaya se mantuvieron activos en la política desde el exilio.Guillén Zelaya constituyó su propia célula partidaria en Ciudad de México y planificó incursiones a Honduras para establecer un Estado marxista-leninista.[8] A pesar de esto, la existencia del Partido era conocida, aunque se debía mantener clandestinamente.En 1965, el Partido Comunista de Honduras sufriría un cisma interno por las controversias entre sus miembros pro-soviéticos y los pro-chinos.Con una fuerte orientación internacionalista, el semanario se posicionó en contra de la proliferación nuclear, la guerras impulsadas por lo imperialismo norteamericano.