Estas autoridades también se comprometen a eliminar todas las barreras humanas dentro del Parque Transfronterizo para que los animales puedan circular libremente.
Cercas, carreteras principales, líneas de ferrocarril u otras barreras pueden separar las distintas partes.
En 2006 el periódico La Vanguardia publicó un artículo sobre este parque nacional hablando también de los problemas políticos y económicos.
Al crear un parque más grande e interconectado, el PTGL puede atraer a turistas de todo el mundo.
Estos empleos incluyen trabajos en el turismo, la gestión del parque, la hostelería, el transporte y la artesanía.
Las comunidades locales pueden acceder a actividades generadoras de ingresos, como los recorridos guiados, la agricultura sostenible y las artesanías.
Si bien el PTGL busca crear beneficios compartidos, los intereses nacionales a menudo entran en conflicto.
El ecosistema más grande e interconectado también significa que los conflictos entre humanos y fauna pueden ocurrir con mayor frecuencia.
A pesar de los esfuerzos por promover la conservación, la caza furtiva sigue siendo una amenaza significativa para el GLTP.
La rica biodiversidad del parque, incluyendo especies como elefantes y rinocerontes, lo convierte en un objetivo para el comercio ilegal de fauna.
Los recursos financieros necesarios para gestionar y proteger un área tan extensa pueden ser significativos.
El PTGL también depende del apoyo de donantes internacionales para obtener financiación, lo cual puede ser inconsistente.
Esto puede generar resistencia social o conflictos con las poblaciones locales, especialmente si sienten que la creación del parque no les beneficia directamente.
La participación comunitaria y la aceptación por parte de los grupos interesados son fundamentales para el éxito a largo plazo del GLTP.