Anchorena quedó maravillado y quiso comprar tierras al norte del departamento pero, como no estaban disponibles para la venta, su madre le compró 11 000 hectáreas en la zona de la desembocadura del Río San Juan, que Anchorena había visto desde el globo.Actualmente los ciervos axis no solamente pueblan el parque, siendo fáciles de ver en manadas, sino que se extendieron al resto del territorio.Asimismo, introdujo el chancho jabalí, posiblemente para la caza de montería, que también se diseminó al resto del país, convirtiéndose en plaga nacional.[2] De las especies vegetales, cabe destacar:[3] Anchorena encomendó el diseño del parque al paisajista alemán Hermann Botrich.En la década de 1930 Anchorena estaba seriamente endeudado y hacia 1938 pidió ayuda financiera a quien era entonces su esposa, Zelmira Paz.A fines de los años setenta, al convertirse como tal, Jorge Pacheco Areco se convirtió en el primer presidente en habitarla.Estas comienzan en el Centro de Visitantes con una introducción explicativa donde el guía se refiere a la parte histórica, valores y cuidados del área.[6] El parque también se encontraba abierto en forma permanente para quienes ingresaran por vía fluvial, hasta que en marzo de 2006 fue cerrado a las embarcaciones deportivas, las que para acceder al río requerían autorización previa de la Prefectura Naval.