Fue inaugurado en 2015 como parte del Legado Bicentenario del Gobierno de Chile y su objetivo es formar un brazo de aguas calmas a partir del río Mapocho, que permita realizar actividades náuticas con embarcaciones menores sin motor, como kayaks, botes a remo y veleros pequeños.
[2] Es el único parque urbano fluvial y el más moderno del país.
Luego, se lo comentó al entonces senador Sebastián Piñera, con quien viajó al lugar y se reunieron con el alcalde Pasqual Maragall y ejecutivos de la empresa Aguas de Barcelona, los ejecutores, para analizar el funcionamiento del río.
Para que el agua se desvíe al parque, el cauce original posee tres esclusas neumáticas colapsables que la acumulan y sea logrado el nivel necesario en el interior.
Luego pasa por un filtro para disminuir el sedimento aportado al río por el canal San Carlos y sea tornada transparente.