Fue inaugurado en 2012 con un proyecto desarrollado por el área metropolitana de Barcelona.
Su nombre hace referencia a Can Rigal, una antigua explotación agrícola dedicada a la viña, en cuyos terrenos se ubica la mayor parte del parque actual.
Es un parque de diseño moderno, donde destacan unos grandes paneles solares que a la vez que producen energía sirven de elementos estéticos del conjunto, ya que tienen una apariencia casi escultórica.
Por su parte, un camino central presenta diversas áreas de descanso y parterres geométricos plantados con especies arbustivas y herbáceas, y las pérgolas con placas fotovoltaicas aportan sombra al paseo.
El conjunto incluye un bar, un área para perros y un circuito de aparatos de gimnasia para la tercera edad.