Los pulmones son los sitios de infección primaria al inhalar los conidio y fragmentos miceliales del hongo.
La inoculación directa en piel o mucosas no es común, con excepción de quienes usan ramitas para limpiarse los dientes.
La radiografía de tórax puede mostrar lesiones nodulares o infiltrados únicos con mayor frecuencia múltiples, y en ocasiones cavitación.
Las adenopatías pueden supurar y abrir la piel originando fístulas semejantes a las de escrófula.
La forma ganglionar es particularmente frecuente en los niños y adultos jóvenes en quienes puede acompañarse de hepatosplenomegalia.
El Itraconazol a 100 mg/día, por un lapso de seis meses, parece determinar menos recaídas, pero su costo es muy superior al Ketoconazol.