[5] Recibe su nombre de Sir Charles Bell, cirujano escocés del siglo XIX que fue el primero en describir la afección.Debido a la complejidad del nervio facial, la interrupción de su función puede generar diversos problemas.Los síntomas varían entre las personas y fluctúan en gravedad desde una debilidad leve a parálisis total, pueden incluir tics.[7] Con mayor frecuencia, estos síntomas, que generalmente comienzan súbitamente y llegan al máximo en 48 horas, llevan a una distorsión facial significativa.[5] La parálisis de Bell se produce cuando el nervio que controla los músculos faciales está inflamado o comprimido.[8] En 2021, se detectaron casos en España e Italia tras la administración de la vacuna al público general.Generalmente, un médico examinará al individuo en búsqueda de debilidad facial superior e inferior.Las imágenes por resonancia magnética (IRM) o la tomografía computarizada (TC) pueden eliminar otras causas de presión del nervio facial.Algunos casos son leves y no necesitan tratamiento ya que generalmente los síntomas remiten por sí solos en 2 semanas.Estudios recientes han demostrado que los esteroides son un tratamiento eficaz para la parálisis de Bell y que un medicamento antiviral como aciclovir está indicado en el síndrome de Ramsay Hunt, combinado con un antiinflamatorio tal como el esteroide prednisona (que reduce la inflamación e hinchazón, pueden ser eficaces para mejorar la función facial al limitar o reducir el daño al nervio.La fisioterapia para estimular al nervio facial y ayudar a mantener el tono muscular puede ser beneficiosa para algunas personas.El calor húmedo aplicado al lado afectado de la cara puede ayudar a disminuir el dolor.En ocasiones infrecuentes, puede ser necesaria la cirugía plástica reconstructiva para reducir deformidades y corregir algunos daños tales como un párpado que no cierre completamente o una sonrisa torcida.De este modo, el paciente puede levantar las cejas, cerrar los ojos, pero la comisura bucal se desvía hacia el lado sano.Esta parálisis se produce por tumores, accidentes vasculares encefálicos, hemorragias, trombosis, entre otras causas.