El papel sulfurizado, papel de horno, papel mantequilla o sencillamente papel vegetal, a secas, es un papel vegetal tratado químicamente (se le da un baño en ácido sulfúrico, de ahí el nombre) para tapar los poros de la celulosa y así hacerlo impermeable y para que además sea resistente a las elevadas temperaturas de un horno doméstico.
Posee como principal característica que es antiadherente (los alimentos no quedan adheridos a su superficie), se emplea frecuentemente en la preparación culinaria de los alimentos que deben cocinar al horno como por ejemplo: galletas, papillots, pizzas, etc.
El papel sulfurizado puede resistir temperaturas de hasta 220 °C aproximadamente, en su uso hay que tener cuidado de que no entre en contacto directo con fuentes de calor (en algunos casos no funciona cuando se gratina).
Se dibujaba en tinta china sobre el papel y su transparencia permitía utilizarlo como original para sacar innumerables copias sobre papel especial impresionable con lámparas de mercurio.
En la antigüedad se empleaba con la misma función que el papel sulfurizado un pergamino recubierto de grasa o aceite, una alternativa al papel sulfurizado es el empleo de papel de aluminio que posee la desventaja de necesitar untarse con grasas para que no se peguen los alimentos cocinados, pero tiene la ventaja de ser un buen transmisor del calor.