Pascual II
Craso error, Enrique V no estaba dispuesto en absoluto a ver recortados sus derechos y continuó efectuando nombramientos de obispos invocando sus derechos históricos a pesar de las continuas proclamaciones del Papa prohibiendo las investiduras laicas.Este continuo enfrentamiento siguió hasta que, en 1110, Enrique V se dirigió hacia Roma al frente de todo su ejército con la intención de hacerse coronar emperador por Pascual II.Se estableció además que tras la firma del convenio, el papa coronaría emperador a Enrique en la Catedral de San Pedro[cita requerida].Las condiciones aceptadas por Pascual II provocaron una ola de indignación entre los partidarios de la reforma gregoriana, quienes lograron que un concilio celebrado en Letrán en 1112 declarara nulos los términos del acuerdo para posteriormente, en otro concilio celebrado en Viena, excomulgar a Enrique; aunque Pascual no confirmó el anatema al considerar que sería romper con su promesa.Sin embargo, Enrique V, alegando un acuerdo secreto, se dirigió hacia Roma por considerarse heredero legítimo de la condesa.