León X y dos cardenales

Un libro de oraciones iluminado queda abierto sobre la mesa frente al papa León, que sostiene una lupa para hojearlo.

Tales objetos revelan indudablemente los gustos exquisitos del papa que era un activo mecenas de las artes.

Quizá aquellos que relacionan el nombre de Rafael sólo con bellas Vírgenes e idealizadas figuras del mundo clásico pueden sorprenderse con este retrato.

Nada hay idealizado en la cabeza ligeramente inflada del miope papa, que acaba de examinar el antiguo manuscrito (parecido en cuanto a estilo y periodo al Salterio de la Reina María).

Al tiempo de confeccionarse este retrato, Lutero había atacado al papa por la forma en que reunía fondos para la nueva Basílica de San Pedro.

Detalle de León X