Su nombre está ligado indisolublemente a la figura del contable Ugo Fantozzi, su criatura cinematográfica más afortunada.
Luego participará en el programa televisivo Los del domingo (Quelli della Domenica), en el que encontrará su consagración definitiva, de la mano de sus personajes agresivos, viles y sometidos (el profesor Kranz, Giandomenico Fracchia y Fantocci, que luego se convertirá en Fantozzi).
Su personaje obtiene un enorme éxito, incluso en la Europa oriental y la Unión Soviética, donde Villaggio gana el premio Gogol como "mejor escritor en cirílico", un suceso aún vigente, tanto que su célebre sentencia sobre el film El acorazado Potemkin ("¡es una cagada demencial!")
El gran éxito de sus películas introdujo en el léxico del italiano medio expresiones tales como "Se me han cruzado los dedos", "¡Qué humano es usted!
Villaggio ha actuado, pero no siempre con habilidad y fortuna, en muchísimas comedias cinematográficas, interpretando personajes muy similares a Fantozzi.
Para esta última ha publicado Fantozzi saluta e se ne va (Fantozzi saluda y se va) (1994-1995), Vita morte e miracoli di un pezzo di merda (Vida, muerte y milagros de un pedazo de mierda) (2002), 7 grammi in 70 anni (Siete gramos en setenta años) (2003) y Sono incazzato come una belva (Estoy furioso como una bestia) (2004), antes de volver a publicar con la Rizzoli I fantasmi (Los fantasmas) en 2006.