En el tercer año debió abandonar sus estudios por problemas económicos de su familia y comenzó a trabajar como escribiente para un abogado.
En forma temprana puso de manifiesto dotes para la dramaturgia con sus obras Danvelt (1833) y Riccardo di Monforte (1835), si bien su verdadero éxito teatral lo logra con su obra Rosilda (1836), un drama en verso en 4 actos.
La buena recepción que tuvieron sucesivamente sus obras Luisa Strozzi (1836), Paolo De Fornari (1837), Godeberto re dei Longobardi (escrito en 1837 y representado en 1838) y La famiglia Lercari (1840),le inducen a decidir, aun contra el consejo familiar, dejar su empleo e incluso rechazar el puesto de secretario del gobernador que se le ofreciera, para dedicarse solamente al teatro, Después de componer las comedias Il poeta e la ballerina y Quattro donne in una casa se dedicó a la obra Cristoforo Colombo en la que describía la vida heroica del navegante, con la cual se hizo conocer incluso fuera del ámbito teatral de Génova, ya que se representó en Turín, Palermo, Lucca, Florencia, Roma y Venecia, permitiéndole trabar relación con otros escritores de la época como Niccolini, Paravia, Brofferio y Prati.
Ya conocido en toda la península, sigue componiendo: Un poema e una cambiale, Fieschi e Fregoso, Per mia madre cieca, Le tre classi della società, Camilla Faà di Bruno, Carlo II Stuart, Paolo da Novi, La benefattrice, L'amico di tutti, I misteri dei morti.
Influido por los acontecimientos de la época –Italia se hallaba en el período llamado del Resurgimiento- Giacometti escribe con más intensidad.