Se llamaba panduro a un soldado de la caballería ligera húngara.
A mediados del siglo XVIII y en el reinado de María Teresa I de Austria, los panduros servían tanto en el ejército austríaco como en el turco como gente de a pie.
Sus armas eran el fusil, dos pistolas, sable y puñal.
Al principio, fueron una tropa irregular o especie de guerrilleros, notables por su valor y su ferocidad; pero domados poco a poco se llegó a formar con ellos una excelente caballería ligera.
El nombre lo han tomado de Pandur, pueblo de Hungría.