Es un área escarpada, con escasa vegetación, que se encuentra a una altitud media de 2.000 m s. n. m. y posee singularidades ecológicas, biológicas, orográficas e hidrográficas.
En este camino encontramos el mítico Parador Giulio Cesare, que se caracteriza por sus increíbles vistas al Valle de Traslasierras, su exquisito café, sándwiches y pizzas calientes.
Según el diccionario del Dr. González de Holguín,[2] el término achala no existe como tal, pero sí encontramos achallay y achallay ñichini: Causar algo, admiración de sí.
Además dio origen a una intrincada red hídrica subterránea que abastece una infinidad de vertientes.
Existen numerosos mapas disponibles en Internet de la región, y pueden ser consultados por cualquier interesado.
De esta superficie, 40.000 hectáreas corresponden al parque nacional Quebrada del Condorito.
Su particular geografía, rocosa y altamente escarpada, hace que abrir caminos sea una labor difícil, amén de no poseer una alta demanda turística.
En su recorrido, supera los 2300 m s. n. m. y desde o hacia ella, convergen casi todas las demás vías de comunicación.
Allí también se realiza la recuperación del bosque nativo con especies propias de la región Tabaquillo.
Se encuentra asfaltada solamente los primeros 46 kilómetros (Carlos Paz – Copina), y los últimos 97 (Cura Brochero – La Ramada), donde finaliza, en el límite con la provincia de San Luis.
Son bloques de basamento elevados por fallas inversas de rumbo aproximado norte-sur, convergencia al oeste, que están compuestos por rocas metamórficas y ígneas del Neoproterozoico a Paleozoico Inferior, afectadas por varios ciclos orogénicos sucesivos: las orogenias pampeana, del Proterozoico superior-Cámbrico medio (Rapela et al.
Junto con la deformación se desarrolló un notable vulcanismo en la región occidental y, por último, a fines de la misma era y comienzos de la Cuaternaria, toda la región sufrió un alzamiento general conformando así las actuales serranías.
El resultado fue el que se aprecia en la actualidad, un cordón montañoso con laderas occidentales abruptas y laderas orientales con pendiente suave, que permitió la formación de lagos naturales y quebradas de gran valor ecológico.
En estos cordones montañosos, están representados los tres tipos de rocas: metamórficas, sedimentarias y ígneas o graníticas.
Todos estos movimientos orogénicos, dieron origen a nuestra Pampa de Achala.
Su particular ecorregión, definida por la confluencia de provincias biogeográficas como la Chaqueña del Espinal, Pampeana y del Monte, ha recibido influencia de numerosas corrientes florísticas y faunísticas, esto provoca que por sus características biogeográficas, se la considere una "isla" ya que se distingue de otros espacios dentro del ambiente chaqueño, por la altura y las especies que la habitan.
El tabaquillo tiene parientes que se distribuyen a lo largo de los Andes desde Venezuela hasta la Argentina, mientras que el maitén proviene de los bosques del sudoeste argentino (bosque frío andinopatagónico).
Contrariamente, numerosas especies del sur de Argentina alcanzan en esta región su distribución más boreal.
El aislamiento geográfico ha favorecido en esta región, procesos de diferenciación en su elenco faunístico.
[11] Once subespecies y una especie de aves en géneros de Paseriformes de linaje andino-patagónico, son exclusivas de la zona: caminera ala colorada (Geositta rufipennis ottowi), caminera común (Geositta cunicularia contrerasi), remolinera oscura (Cinclodes olrogi), remolinera castaña (Cinclodes atacamensis schocolatinus), canastero pálido (Asthenes modesta cordobae), canastero manchado serrano (Asthenes sclateri sclateri), gaucho cola blanca (Agriornis montana fumosus), dormilona cenicienta (Muscisaxiola rufivertex achalensis), piquito de oro grande (Catamenia inornata cordobensis), frigilio plomizo (Phrygilus unicolor cyaneus), oquencho (Phrygilus plebejus naroskyi), pecho colorado grande (Sturnella loyca obscura) el cual anida en el suelo, y en roquedales de grandes dimensiones con formas caprichosas.
Entre los mamíferos la subespecie endémica es el zorro colorado (Pseudalopex culpaeus smithersi), especie en peligro de extinción.
Antes de la construcción del actual camino, acceder a esta región era verdaderamente una tarea faraónica.
Eran lanzados desde una pequeña base construida a más de 2300 m s. n. m., que se llamó Santo Tomás.
No se sabe a ciencia cierta si la presencia de estos habitantes en la región se debe a que escapaban de la persecución que realizaban los colonizadores españoles, o porque fueron desplazados por sus congéneres, los Sanavirones.
El terreno escarpado los ponía a salvo de quien los atacara, las pequeñas praderas les brindaban el alimento diario para ellos y sus animales, y los pequeños embalses naturales les brindaban agua.
La obtención de agua no es fácil (ésta, percola con gran rapidez hacia las profundidades del suelo rocoso).
Algunas áreas (Los Gigantes, por ejemplo), poseen refugios de alta montaña que son utilizados por escaladores aficionados, profesionales y grupos Scout.
Durante la temporada estival, los cursos de agua que forman pequeñas playas arenosas en algún recodo del río, atraen algunos turistas.
Sin embargo, la actividad automovilística está generando graves inconvenientes, respecto de las 'Travesías 4x4', ya que el delicado equilibrio ecológico se ve afectado por este tipo de turismo que está comenzando a ser controlado.
Está probado que ciertos tipos de explotación minera sin el adecuado control, generan perjuicios ecológicos potencialmente devastadores.