Cros afirmaba que si una membrana provista de un punzón traza un surco por la acción de un sonido, ese surco hará vibrar la membrana cuando el punzón vuelva a pasar por el surco y se recuperará el sonido inicial; bajo este supuesto, planeaba la construcción de su paleófono.
Cros agregó que la forma cilíndrica para el aparato receptor era lo más práctico, ya que permitía inscripciones gráficas de las vibraciones por medio de un tornillo fino, enroscado.
Aparentemente, Thomas Edison y Charles Cros no sabían del trabajo en avance de cada uno.
Su poema The Kippered Herring inspiró a Ernest Coquelin para crear lo que él llama monólogos, cortas piezas teatrales cuyo formato copiaron numerosos imitadores.
La pieza, transcrita como The Salt Harring, fue traducida e ilustrada por Edgard Gorey.