Fue construido en 1928 para albergar una galería comercial y se caracteriza por su arquitectura ecléctica, combinando varios estilos, aunque el más señalado es el neomudéjar, influenciado por el regionalismo historicista andaluz y especialmente sevillano.
Debe su nombre a los motivos orientales con los que está decorado.
El Palacio de la China se construyó en 1928 como galería comercial a expensas del comerciante Bartolomé Gil.
La otra mitad fue adquirida en el año 2008 por la empresa Construcciones Parejo para instalar otro local comercial en la planta baja y varias oficinas en las tres plantas superiores.
Se retiraron 4 piezas completas y 21 fragmentos que presentaban riesgo de desprendimiento.