El edificio era de planta rectangular y medía 91 x 50 metros.
Después de la exposición, continuó abierto hasta marzo de 1938, momento en el que resultó alcanzado en la nave del Salón Central por una bomba lanzada por la Aviación Legionaria italiana.
En el solar se levantó posteriormente el edificio de los juzgados municipales.
También fue el recinto en donde se celebraron durante años las festividades de los Juegos Florales.
Durante la década inmediatamente anterior a la Primera Guerra Mundial, tanto el edificio como sus jardines fueron escenario habitual de competiciones deportivas, especialmente esgrima, acogiendo los primeros torneos tanto nacionales como internacionales celebrados en la ciudad.