Su construcción se dio en pleno período urbanístico coordinado por Francisco de Almada e Mendonça.
El palacio se convertía así en la más importante residencia de la ciudad y parte del movimiento neoclasicista que allí ocurrió.
El general Beresford, el príncipe Guillermo de Nassau, y muchas otras personalidades relacionadas con el ejército libertador, se han alojado en el palacio.
Durante el sitio de Oporto sirvió, también, de cuartel general a D. Pedro IV que, temiendo que la artillería miguelista pudiera llegar hasta la ciudad, estuvo allí instalado solamente cuatro meses.
Esta situación se volvió más clara con la implantación de la República Portuguesa y el exilio real.