Arquitectura neoclásica en Portugal

Poco después se produjo la contrarrevolución absolutista, dando lugar a las guerras liberales, que mantuvieron la inestabilidad hasta 1834, impidiendo la normalidad artística.

Teniendo en cuenta lo anterior, no sorprende que el estilo se mantuviera, junto al Romanticismo, hasta principios del siglo XX.

Aunque a veces se considera que la primera obra construida dentro del nuevo estilo en el país había sido íntegramente importada de Italia, la pequeña y lujosa capilla de São João Batista en la iglesia de São Roque en Lisboa, que había encargada en 1742 por el rey João V a los arquitectos italianos Nicola Salvi y Luigi Vanvitelli.

Lisboa recibía las influencias italianas debido al gusto dominante en la corte, mientras que la ciudad de Oporto, fruto de la importante comunidad británica, desarrolló edificios con una fuerte influencia inglesa, a veces casi palladiana.

[2]​[1]​ Básicamente se puede considerar que el edificio neoclásico portugués es sencillo, muy funcional, sometiendo todo a un carácter utilitario, con fachadas simétricas articuladas en tres cuerpos, sugiriendo o estando poco avanzado el central, con el usos de pilastras, pocas columnas, balcones o balaustradas, arcadas en la planta baja funcionando como basamento, aparejos (rusticados, con almohadillado o no), balaustres, con escasa o ninguna decoración escultórica, de esencia arquitectónica (quizás consecuencia de tiempos difíciles, pero también, sin duda, como reflejo de la sencillez muy práctica pombalina).

Sin embargo, esta afirmación es demasiado reduccionista porque al estudiar los edificios individualmente aparecen gran diversidad de soluciones.

José da Costa e Silva (1714-1819), formado en Bolonia, representaría el apogeo nacional de este estilo.

Muy moderno para la época, siguió a la arquitectura rococó, eliminando toda decoración e imponiendo una sobriedad de clara influencia clásica.

Mientras en Europa los edificios iban perdiendo decoración, hasta que se empezaron a imponer los modelos clásicos, en Portugal se va desarrollando una arquitectura elegantemente sobria, aún sin órdenes arquitectónicos clásicos, pero ya con una racionalidad preclásica, sometiendo todo a la funcionalidad, haciendo de una corte real con una fortísima tradición del barroco e incluso del rococó.

Posteriormente, con la reconstrucción de la ciudad ya muy avanzada, el neoclasicismo entró por dos vías distintas: Lisboa y Oporto.

Sin embargo, esta afirmación es demasiado reduccionista porque al estudiar los edificios individualmente aparecen una gran diversidad de soluciones.

Se trata de un edificio sobrio, con ula fachada principal articulada en tres cuerpos, estando el central ligeramente adelantado.

En la planta baja hay aparejos que sugieren un basamento; las ventanas, de estilo pombalino en el primer piso, balcones en el cuerpo central con puertas cercanas al rococó y esquinas cóncavas.

Se desarrolla en varias plantas, de forma sobria, sencilla y simétrica, pero con volúmenes bien definidos que animan la superficie.

[6]​ Edificio urbano, situado en esquina, con soportal y aparejo en planta baja, a modo de basamento.

El cuerpo central presenta una arcada, un balcón entre ventanales y un campanario, en una sucesión que define tres plantas.

Durante el período de las invasiones francesas y las guerras liberales, las obras del edificio progresaron muy lentamente.

El cuerpo central sigue un esquema clásico, con cuatro medias columnas, balcón y frontón decorado con un escudo entre guirnaldas.

Sigue el esquema de tres cuerpos, el central con columnas, balcón y frontón, rematado por una torre.

Arriba, hay un balcón, con balaustrada, frente a un gran ventanal flanqueado por columnas y pilastras jónicas.

Los cuerpos laterales sostienen los campanarios, dividiéndose en plantas con grandes ventanales y balcones de balaustres en el segundo piso.

Es un conjunto sorprendente, porque aún armoniza con el rococó, a pesar de haber sido diseñado cuando el arquitecto era maduro.

Los cuerpos laterales presentan pilastras, alternándose con puertas y ventanas rococó, rematadas por una balaustrada con esculturas.

La iglesia forma un curioso cuerpo central, casi convexo, en el que se alternan columnas corintias y grandes ventanales.

El conjunto es inusual y el uso de formas decorativas anteriores sólo puede explicarse por la exigencia del encargo, pues en obras anteriores el arquitecto demostró un perfecto dominio del neoclasicismo temprano, sin necesidad de recurrir a arcaísmos.

Los cuerpos laterales se componen de ventanas en la planta baja y balcones en el primer piso.

Inspirado en el Teatro alla Scalla, de Milán, el austero exterior tiene tres cuerpos simulados, con un aparejo rustico que forma un basamento, una arcada que sostiene una amplia balconada, medias columnas en el primer piso y un tercer piso en lugar del frontón.

Lateralmente, pilastras separan dos vanos con balcones formados, al igual que el remate superior, por balaustres.

Con la implantación del sistema parlamentario, el antiguo convento de São Bento recibió modificaciones para que pudiera albergar el parlamento portugués.

El complejo está ampliamente decorado con formas arquitectónicas y esculturas en el frontón, así como cuatro figuras alegóricas en la entrada.

Pórtico central del Hospital de Santo António (1770-1824) en Oporto, obra del inglés de John Carr , una de las promeras realizaciones neoc´lásicas en Portugal
Picadeiro Real en Lisboa (hoy Museo Nacional de Carruajes),obra del italiano Giacomo Azzolini , primera obra neoclásica en la capital
Teatro Nacional D. Maria II (1842-1846) de Lisboa, obra de Fortunato Lodi
Sala Árabe del palacio del Palacio de la Bolsa de Oporto (1842-1848), una de las mejores estancias neoclásicas del país
Palácio de São Bento (1896-1903) en Lisboa (hoy Parlamento), obra de Ventura Terra
Entrada principal del Museo Nacional del Carro de Lisboa Museu Nacional dos Coches em Lisboa
Iglesia de la Trinidad, Oporto
Palacio da Bolsa, en Oporto
Santuario del Bom Jesus do Monte
Iglesia de Santa Cruz en el hospital de São Marcos
Interior del Picadeiro Real , hoy Museo Nacional de Carruajes
Palacio Nacional de Ajuda, en Lisboa
Teatro Nacional de São Carlos (en 2008)
Teatro Nacional D. Maria II (1842-1846) de Lisboa
Câmara Municipal de Lisboa
Palacio de São Bento en Lisboa.
Palacio de São Bento en Lisboa.